Se trata de la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Antonín Dvorak (1841-1904), el genial romántico checo y también el músico favorito de mi viejo. Mi familia es testigo del sinnúmero de veces que escuchamos esta obra, dentro de los fríos inviernos del campo junto al fuego del hogar. Es su obra mas representativa y con la que Dvorak se hace famoso en el mundo entero. Es un gran salto a lo que sería la música sinfónica del siglo XX, sobre todo en su primer movimiento. Dvorak heredó lo que comenzaría años antes Smetana, considerado el padre de la música checa y fue junto a éste los dos mas grandes músicos checos.
Según mi viejo, Dvorak era carnicero, pero parece que el oficio de las reces le duró poco y se inclinó por la música. Mas que nada, este autor refleja las costumbres folclóricas con las danzas eslavas de su país en el siglo XIX.
www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dvorak.htm
Pero vayamos ahora al análisis de esta obra maravillosa en cuanto a la técnica instrumental y a la variedad sonora.
El primer movimiento, Adagio-Allegro molto, comienza sombrío, como las obras hipersinfónicas que comenzaron allá por 1823 con la novena sinfonía de Beethoven. Aquella nota pedal daba el salto a la corriente de las "grandes orquestas". Una atmósfera de interrogantes se presentan al comienzo de la obra. Parecería que "un nuevo mundo se asoma a mi ventana". Es la misma sensación que despertaba la quinta sinfonía de Beethoven con el interrogante del destino, pero aca es un nuevo mundo por descubrir. Es la característica fundamental de que es una obra romántica: siempre hay un tema planteado, directa o indirectamente. Dvorak estaba interesado en la música de los nativos americanos y en la espiritualidad de los afroamericanos, justamente este interés despertó porque se hallaba en los Estados Unidos de América.
«Estoy convencido de que el futuro de la música de este país debe estar basado en lo que se suele llamar melodías negras. Estas pueden ser la base para una seria y original escuela de compositores que se puede desarrollar en los Estados Unidos. Estos bellos y variados temas son el fruto de la tierra. Son las canciones populares de vuestra tierra, y vuestros compositores deben centrarse en ellas.»
La orquestación y la musicalidad de este primer movimiento me han impactado severamente, al punto de imaginarme (piensen que yo era un niño) que el hombre llegaba a otro mundo, se descubría un mundo nuevo.
Podemos apreciar a continuación el movimiento famoso, nuevamente de la mano del célebre Karajan.
El segundo movimiento, un Largo, es tranquilo y más que nada el compositor busca una calma espiritual. Evoca en sus recuerdos a su difunta esposa, a la cual amó y había pardido hace poco tiempo. La dulce melodía de amor se mantiene en el oboe, y es tan suave y tierna que conmueve (ha emocionado a varios). Digamos que la calma de aqui contrarresta la energía y vigor que se despertó en el comienzo de la obra. Luego el movimiento recuerda las "amplitudes wagnerianas", cuando se dan los golpes de timbales.
Escuchemos el segundo movimiento, que merece ser valorado (solo tiene la primer parte)
El tercer movimeinto, un scherzo, recobra ese espíritu alegre y enérgico que apareció en el primero. Es increíble la variedad que el músico utiliza con las cuerdas durante la sinfonía, pero particularmente en esta parte de la obra. Casi en todas sus obras tomó por costumbre utilizar mucho todo lo que es cuerdas (violas, violines, violonchelos y contrabajos) y adquirió una gran riqueza musical. Aquí el compositor se fija en la particular cultura indígena que habitaba América a comienzo del siglo XX.
«No he usado ninguna de las melodías de los nativos americanos. Simplemente he escrito temas originales que incorporan las peculiaridades de la música india y, usando estos temas, los he desarrollado con todos los recursos de los ritmos modernos, contrapunto y color orquestal.»
El final de la obra, Allegro con fuoco, encierra el mismo motivo del scherzo y finaliza con brillante tono orquestal.
Fue un placer nuevamente mostrarles las obras que mas me gustan. Espero que les haya gustado
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Pero vayamos ahora al análisis de esta obra maravillosa en cuanto a la técnica instrumental y a la variedad sonora.
El primer movimiento, Adagio-Allegro molto, comienza sombrío, como las obras hipersinfónicas que comenzaron allá por 1823 con la novena sinfonía de Beethoven. Aquella nota pedal daba el salto a la corriente de las "grandes orquestas". Una atmósfera de interrogantes se presentan al comienzo de la obra. Parecería que "un nuevo mundo se asoma a mi ventana". Es la misma sensación que despertaba la quinta sinfonía de Beethoven con el interrogante del destino, pero aca es un nuevo mundo por descubrir. Es la característica fundamental de que es una obra romántica: siempre hay un tema planteado, directa o indirectamente. Dvorak estaba interesado en la música de los nativos americanos y en la espiritualidad de los afroamericanos, justamente este interés despertó porque se hallaba en los Estados Unidos de América.
«Estoy convencido de que el futuro de la música de este país debe estar basado en lo que se suele llamar melodías negras. Estas pueden ser la base para una seria y original escuela de compositores que se puede desarrollar en los Estados Unidos. Estos bellos y variados temas son el fruto de la tierra. Son las canciones populares de vuestra tierra, y vuestros compositores deben centrarse en ellas.»
La orquestación y la musicalidad de este primer movimiento me han impactado severamente, al punto de imaginarme (piensen que yo era un niño) que el hombre llegaba a otro mundo, se descubría un mundo nuevo.
Podemos apreciar a continuación el movimiento famoso, nuevamente de la mano del célebre Karajan.
El segundo movimiento, un Largo, es tranquilo y más que nada el compositor busca una calma espiritual. Evoca en sus recuerdos a su difunta esposa, a la cual amó y había pardido hace poco tiempo. La dulce melodía de amor se mantiene en el oboe, y es tan suave y tierna que conmueve (ha emocionado a varios). Digamos que la calma de aqui contrarresta la energía y vigor que se despertó en el comienzo de la obra. Luego el movimiento recuerda las "amplitudes wagnerianas", cuando se dan los golpes de timbales.
Escuchemos el segundo movimiento, que merece ser valorado (solo tiene la primer parte)
El tercer movimeinto, un scherzo, recobra ese espíritu alegre y enérgico que apareció en el primero. Es increíble la variedad que el músico utiliza con las cuerdas durante la sinfonía, pero particularmente en esta parte de la obra. Casi en todas sus obras tomó por costumbre utilizar mucho todo lo que es cuerdas (violas, violines, violonchelos y contrabajos) y adquirió una gran riqueza musical. Aquí el compositor se fija en la particular cultura indígena que habitaba América a comienzo del siglo XX.
«No he usado ninguna de las melodías de los nativos americanos. Simplemente he escrito temas originales que incorporan las peculiaridades de la música india y, usando estos temas, los he desarrollado con todos los recursos de los ritmos modernos, contrapunto y color orquestal.»
El final de la obra, Allegro con fuoco, encierra el mismo motivo del scherzo y finaliza con brillante tono orquestal.
Fue un placer nuevamente mostrarles las obras que mas me gustan. Espero que les haya gustado
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