lunes, 1 de septiembre de 2008

El héroe inmortal

A continuación les dejo un artículo referido a mi Nono, Francisco Tarsitano, en el 16º aniversario de su muerte. Es un absoluto orgullo para mí mostrar los rasgos más importantes de su vida. Fue alguien que supo querer y ser querido, ganar amigos con su mera presencia y simpatía, generar sonrisas con alguna anécdota, generar emoción cuando se lo recuerda. Fue mi único abuelo varón y lo recuerdo como alguien divertido y compinche, quien amaba la visita de los niños y en especial la de mi hermana y la mía. Me apodó “Garibaldi” en mis primeros años de la niñez. Hoy día con mi viejo seguimos recordando anécdotas de él, las más divertidas, entre las cuales se cuela algún que otro insulto en calabrés que él solía decir para divertir a la familia, y también me recuerda detalles que mi nono le contaba del fútbol de antaño. Les muestro aquí un breve repaso de su vida...

Llegó al mundo un día como hoy, en enero de 1911, en un pueblito calabrés llamado Belvedere Maríttimo. Era el quinto de los seis hijos de Felipe y Teresa, y el segundo de los tres varones de la pareja. Lo apodaron Chichilo en aquellos años mozos de Italia, a ese muchachito delgado que se entretenía tirándose al mar mediterráneo desde una gran piedra, junto a los hermanos y algún que otro amigo del pueblo. La juventud feliz le duró poco, ya que el hambre y la situación difícil obligó a que la familia se tuviese que separar. Chichilo abandonó Italia a muy temprana edad junto a su hermano José, hacia otros rumbos con el fin de encontrar un mejor hogar. Desembarcó en Argentina con solo 16 años y con dos pesos en su bolsillo, sin saber castellano y apenas con segundo grado escolar. A pesar de eso, no le impidió la vida que le pusieran como Clack en el Teatro Colón. Ese puesto era para aquel que empezara a aplaudir ni bien terminaba una pieza de una ópera. Al conocer el idioma italiano, él sabía en que momento se debía comenzar con los aplausos. Se hizo hincha de Racing y tomó un infinito amor por el futbol, así como también por el país que le dio asilo, la tierra del tango. En la época del fútbol espectáculo tomó como rito ir a la cancha casi todos los domingos, y hasta tuvo contacto con varias figuras de la época. Su máximo ídolo futbolístico fue, paradójicamente, un crack de Independiente. Se llamaba Antonio Sastre, jugador que, según Francisco, era excelente en cualquiera de los once puestos. “Iba de 2 y se lucía de 2… iba de 10 y se lucía de 10… iba de arquero y se lucía de arquero… ¡La rompía!”. Aparentemente aquel jugador de la década del `30 formó una gran delantera en Independiente. Es que antes se quería a los jugadores de tu club y a los otros también. En su vitrina de ídolos también figuraban el Chueco García, la bordadora Zitto, entre otros.
Francisco estudió para el oficio de peluquero, que era una de las pocas disciplinas que se les enseñaba a los inmigrantes de aquel entonces. Con un carácter cordial y bondadoso como pocos, capturó la amistad de muchas personas, algunas de la alta elite porteña. Sus clientes fueron numerosos y puso una linda peluquería en la avenida Corrientes. Años más tarde vendría de Italia su padre Felipe con sus tres hermanas. En una fiesta de cumpleaños, Francisco conoció a Maria Comuzzi, una inmigrante italiana del norte, y no tardaría en enamorarse de ella. La pareja se casó en 1942 y compraron un cómodo PH en la calle Tucumán, entre Florida y Maipú. Tuvieron dos hijos: Alicia y Carlos. La familia unida era la debilidad de Francisco, como buen italiano. Amaba hacer reuniones con sus hermanos, primos, y también por que no amigos. Cuanto más grande era la mesa, mejor. Sus pasiones fueron la ópera y el fútbol. Más adelante trabajó también en el Teatro San Martín, ya que el oficio de peluquero solo le alcanzaba para las necesidades básicas. “Yo trabajaba para el sánguche y la coca”– solía decir. Sin embrago se preocupó mucho por el futuro de sus hijos, brindándoles la mejor educación. Francisco fue testigo de las páginas imborrables de Racing, del fabuloso equipo de José. Tuvo la dicha de tomarse una fotografía junto a los integrantes de un viejo equipo de la época de oro. Esto fue facilidad gracias a que el presidente Chamiso y otros notables hinchas de La Academia eran clientes añejos y amigos de él.
La salud comenzó a jugarle una mala pasada cuando sufrió un infarto alrededor de sus 55 años de edad. Por obvias razones, el médico le había recetado abandonar el cigarrillo y moderarse en las comidas. El carácter lo mantuvo alegre siempre, al igual que su porte de señor de fino vestir, cabello engominado y zapatos que encandilaban del brillo que tenían. Era absolutamente prolijo y de buen gusto. Amaba la buena vida pese a ser un hombre humilde. Pero él se sentía millonario con poco: la familia, el amor y los amigos. Eso valía mucho más que el dinero. Él ya era feliz con las cosas más sencillas.
En 1978 tuvieron que operarlo de un cáncer. Mi viejo optó por ponerlo en una clínica donde lo tuvieran muy bien cuidado. Luego tuvo que soportar otras dos cirugías de hernias.
Como abuelo fue muy dulce y simpático. Le alegraba los días cuando llegábamos a su casa con mi viejo para almorzar todos juntos. Me cortaba el cabello y conmigo se divertía mucho. Parecía un niño de mi edad, y ponía cara de complicidad cuando me mandaba alguna travesura. Tenía adoración también por mi abuela Laura, a la que siempre hacía sentar a u derecha.
A fines de la década del ´80 tuvo que cuidarse aun más. Pasó más internaciones en el hospital, entre transfusiones, estudios médicos y análisis. Mi abuela Laura le hizo a mano un pijama para que estuviese cómodo cuando íbamos nosotros a visitarlo. Había desmejorado notablemente y su delgadez fue en aumento.
Recibió sus 80 años alrededor nuestro y de mi abuela Laura, pero dentro suyo ya estaba el enemigo, ese enemigo al que el hombre moderno no pudo vencer aún. Sin embrago, su rostro mostraba el optimismo de siempre y el cabello absolutamente blanco siempre lo mantenía bien peinado y engominado. Si bien la enfermedad lo venció, él salió ganando…

Francisco Tarsitano falleció el 1º de septiembre de 1992 en Buenos Aires, en su PH de la calle Tucumán. Hoy día mi familia lo recuerda con todo el amor y el cariño que nos sembró durante toda su vida, y ese mismo amor esta siendo hoy día cosechado. De él guardo el más tierno y lindo de los recuerdos.
Les dejo como regalo un fragmento de la ópera Cavallería Rusticana de Pietro Mascagni, la favorita de mi nono.


martes, 26 de agosto de 2008

Racing Vuelve. ¿Qué es?

Definitivamente, estamos absolutamente cansados de las malas administraciones y política sucia. Esta propuesta fue publicada el domingo 24 de agosto y la idea es que el club vuelva a ser el Racing de los viejos tiempos.
http://www.racingvuelve.com/
Esperemos que de resultados y que Racing recupere el prestigio dentro del fútbol argentino.

domingo, 17 de agosto de 2008

Homenaje a San Martín

En este post quiero rememorar la vida de nuestro Libertador General San Martín, en el día del 158º aniversario de su muerte. Es importante tener presente la obra de este prócer y su papel fundamental en la historia de nuestro país, sobre todo seguir inculcando este tema en el sistema educativo, para que las generaciones futuras sigan valorando y sabiendo los detalles de nuestros próceres, que han convertido en nuestra patria en libre y soberana, y que nunca se olvide nuestras raíces.
Es mi prócer favorito y fue la primera biografía que leí. Repasemos los principales datos biográficos.

José Francisco de San Martín nació el 25 de febrero de 1778, en un pueblito llamado “Santa María de los Reyes de Yapeyú”, que dependía del virreinato del Río de la Plata y que actualmente pertenece a la Provincia de Corrientes. Hijo de doña Gregoria Matorras y Don Juan de San Martín, tuvo que mudarse junto a su familia hacia España debido a que su padre era militar y lo habían destinado allí. En el país Ibérico José Francisco se dio cuenta que deseaba seguir los pasos de su padre y en 1789 comenzó su carrera militar al ingresar en el regimiento de Murcia. Luchó en la campaña de África combatiendo en Melilla y Orán. En 1797 es ascendido a subteniente por sus acciones frente a los franceses en los Pirineos. Durante el período que sigue, lucha en diferentes acciones en el sur de España, en Gibraltar y Cádiz, con el grado de capitán 2° de infantería ligera. En 1808, mientras las tropas Napoleónicas invaden la península ibérica y el Rey Fernando VII fue tomado prisionero, San Martín es ascendido por la Junta al cargo de ayudante 1° del regimiento de Voluntarios de Campo Mayor. Distinguido por sus acciones contra los franceses, llega luego a ser capitán del regimiento de Borbón.

En enero de 1812, San Martín se embarca hacia Buenos Aires en la fragata inglesa George Canning. A los pocos días de su arribo, le fue reconocido el grado de teniente coronel y el Triunvirato le encomendó la creación de un escuadrón, que luego fue el célebre regimiento de Granaderos a Caballo. Durante el año 1812 se ocupó de instruir a la tropa en las modernas técnicas de combate que conocía por su extensa actuación europea contra los ejércitos de Napoleón. El 12 de setiembre de 1812 se casa con María de los Remedios de Escalada, mujer joven y bella, que pertenecía a una de las distinguidas familias del país. En octubre llega la noticia de la victoria del ejército de Manuel Belgrano en Tucumán y se nombra el Segundo Triunvirato. El 28 de enero de 1813, el Triunvirato ordena al coronel San Martín que protegiese las costas del Paraná del desembarco realista.

Manuel Belgrano, luego de la batalla de Salta, se internó en las tierras del Alto Perú en persecución de los realistas pero debió retroceder hasta sus posiciones anteriores, en el valle de Lerma, luego de las derrotas de Vilcapugio ( 1° de octubre) y Ayohuma ( 14 de noviembre). Entonces el Triunvirato envía al norte a San Martín con un pequeño ejército de infantería y el cuerpo de Granaderos a Caballo. El ejército derrotado se reúne con las tropas de refuerzo en la posta de Yatasto, en el camino entre Salta y Tucumán, donde ambos patriotas se conocen y sellan una amistad que duraría toda sus vidas. La frontera norte queda defendida por partidas de gauchos montados, al mando del valeroso teniente coronel Martín Miguel de Güemes, natural de Salta y gran conocedor del terreno.

El 23 de agosto de 1816 nació en Mendoza la única hija de San Martín, Mercedes, quien lo acompañaría en el exilio.

El 12 de enero de 1817 se inició el Cruce de los Andes en dirección a Chile. El Ejército de los Andes fue uno de los dos grandes cuerpos militares que la provincia de Cuyo desplegó en la Guerra de Independencia Hispanoamericana; contó inicialmente con 4.000 hombres y 1.200 milicianos de tropa de auxilio para conducción de víveres y municiones.

El 18 de febrero se convocó a un Cabildo Abierto que propuso a San Martín como Director Supremo de la naciente república, pero éste rechazó el ofrecimiento para evitar sospechas sobre un posible avasallamiento de la Provincias Unidas del Río de la Plata sobre la autonomía de Chile. Luego realizó los preparativos para la nueva campaña al Alto Perú, y desembarcó en el puerto de Pisco el 8 de septiembre de 1820, haciendo retroceder al ejército realista. San Martín ocupa Lima y reúne a Cabildo Abierto el 15 de julio de 1821. El día 28 San Martín declara la independencia y es nombrado Protector del Perú con autoridad civil y militar. Ese mismo año fundó la Biblioteca Nacional del Perú a la cual donó su colección personal de libros y creó la Orden El Sol del Perú. Gobierna el Perú desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de septiembre de 1822. Vuelto a Mendoza en enero de 1823, pidió autorización para regresar a Buenos Aires y reencontrarse con su esposa que estaba gravemente enferma. Aunque con su llegada a la Ciudad se encontró con que Remedios de Escalada ya había fallecido.

Al llegar a Buenos Aires se le acusó de haberse convertido en un conspirador. El exilio ya estaba golpeando a su puerta. Desalentado por las luchas internas entre unitarios y federales decidió marcharse del país con su hija, quien había estado al cuidado de su abuela. Hasta entonces contaba con el grado de Generalísimo de Perú, Capitán General de la República de Chile y General de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Hasta entonces tenía 45 años de edad. Estuvo con su hija primero en Escocia, después fue a Brusela y luego en París. Fue en Francia donde San Martín conoció en persona al legendario compositor Gioacchino Rossini (1792-1868), un genio del belcanto operístico y creador de obras notables, como “El barbero de Sevilla”.

Ya en los confines de su vida, San Martín se instaló en la ciudad costera de Boulogne Sur Mer, junto a su hija Mercedes y su nieta. Falleció allí el 17 de agosto de 1850.

Les cuento algo increíble, ocurrida exactamente ayer. La esposa de un primo mío, que vive en los Estados Unidos, vino de visitas a Buenos Aires este fin de semana por cuestiones laborales. Estuvo la semana pasada en Santiago de Chile, y la semana que comienza estará en Perú. Pasó por nuestra ciudad porque el vuelo hacía escala aca. Fíjense que curioso: pasó por Argentina, Chile y Perú, justo en la fecha del 17 de agosto. Los mismos países en donde estuvo Nuestro San Martín. Que coincidencia, ¿no creen?

miércoles, 13 de agosto de 2008

Otra obra de Dvorak

Aquí tenemos una parte de otra sinfonía de Dvorak, la sinfonía Nº 8, anterior a la Sinfonía del Nuevo Mundo. No es conocida mundialmente como la recién mencionada, pero en la colección musical familiar es tan escuchada y conocida como cualquier otra obra. Es la favorita de mi viejo y por ende la que mas disfruta escuchar. Él mismo la definió como "un paisaje de campo". El autor utiliza como siempre las grandes melodías de las cuerdas. Primero tenemos un hermoso segundo movimiento, un Adagio, que expresa como siempre los sentimientos del compositor. Aprecien la suavidad y el colorido musical que posee.







También podemos apreciar el tercer movimiento, un Allegretto grazioso, que es como un ritmo de vals, una graciosa danza en compás de 3/4. Al final, cambia a 4/4, y acaba de manera muy vivaz, semejante a la del segundo movimiento.



lunes, 4 de agosto de 2008

Otra obra hermosa

Se trata de la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Antonín Dvorak (1841-1904), el genial romántico checo y también el músico favorito de mi viejo. Mi familia es testigo del sinnúmero de veces que escuchamos esta obra, dentro de los fríos inviernos del campo junto al fuego del hogar. Es su obra mas representativa y con la que Dvorak se hace famoso en el mundo entero. Es un gran salto a lo que sería la música sinfónica del siglo XX, sobre todo en su primer movimiento. Dvorak heredó lo que comenzaría años antes Smetana, considerado el padre de la música checa y fue junto a éste los dos mas grandes músicos checos.
Según mi viejo, Dvorak era carnicero, pero parece que el oficio de las reces le duró poco y se inclinó por la música. Mas que nada, este autor refleja las costumbres folclóricas con las danzas eslavas de su país en el siglo XIX.
www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dvorak.htm


Pero vayamos ahora al análisis de esta obra maravillosa en cuanto a la técnica instrumental y a la variedad sonora.
El primer movimiento, Adagio-Allegro molto, comienza sombrío, como las obras hipersinfónicas que comenzaron allá por 1823 con la novena sinfonía de Beethoven. Aquella nota pedal daba el salto a la corriente de las "grandes orquestas". Una atmósfera de interrogantes se presentan al comienzo de la obra. Parecería que "un nuevo mundo se asoma a mi ventana". Es la misma sensación que despertaba la quinta sinfonía de Beethoven con el interrogante del destino, pero aca es un nuevo mundo por descubrir. Es la característica fundamental de que es una obra romántica: siempre hay un tema planteado, directa o indirectamente. Dvorak estaba interesado en la música de los nativos americanos y en la espiritualidad de los afroamericanos, justamente este interés despertó porque se hallaba en los Estados Unidos de América.
«Estoy convencido de que el futuro de la música de este país debe estar basado en lo que se suele llamar melodías negras. Estas pueden ser la base para una seria y original escuela de compositores que se puede desarrollar en los Estados Unidos. Estos bellos y variados temas son el fruto de la tierra. Son las canciones populares de vuestra tierra, y vuestros compositores deben centrarse en ellas.»
La orquestación y la musicalidad de este primer movimiento me han impactado severamente, al punto de imaginarme (piensen que yo era un niño) que el hombre llegaba a otro mundo, se descubría un mundo nuevo.
Podemos apreciar a continuación el movimiento famoso, nuevamente de la mano del célebre Karajan.


El segundo movimiento, un Largo, es tranquilo y más que nada el compositor busca una calma espiritual. Evoca en sus recuerdos a su difunta esposa, a la cual amó y había pardido hace poco tiempo. La dulce melodía de amor se mantiene en el oboe, y es tan suave y tierna que conmueve (ha emocionado a varios). Digamos que la calma de aqui contrarresta la energía y vigor que se despertó en el comienzo de la obra. Luego el movimiento recuerda las "amplitudes wagnerianas", cuando se dan los golpes de timbales.
Escuchemos el segundo movimiento, que merece ser valorado (solo tiene la primer parte)


El tercer movimeinto, un scherzo, recobra ese espíritu alegre y enérgico que apareció en el primero. Es increíble la variedad que el músico utiliza con las cuerdas durante la sinfonía, pero particularmente en esta parte de la obra. Casi en todas sus obras tomó por costumbre utilizar mucho todo lo que es cuerdas (violas, violines, violonchelos y contrabajos) y adquirió una gran riqueza musical. Aquí el compositor se fija en la particular cultura indígena que habitaba América a comienzo del siglo XX.
«No he usado ninguna de las melodías de los nativos americanos. Simplemente he escrito temas originales que incorporan las peculiaridades de la música india y, usando estos temas, los he desarrollado con todos los recursos de los ritmos modernos, contrapunto y color orquestal.»


El final de la obra, Allegro con fuoco, encierra el mismo motivo del scherzo y finaliza con brillante tono orquestal.


Fue un placer nuevamente mostrarles las obras que mas me gustan. Espero que les haya gustado

domingo, 29 de junio de 2008

Racing sigue en primera

Y si, señores, nos quedamos en primera división nomás!!! Sufriendo como siempre, esperando hasta el último minuto el pitazo final. Creo que, si bien Racing no jugó lo bien que jugó en Córdoba, mereció ganar la promoción.
Allá de visitante demostró que es un equipo de primera, castigado claro esta por una mala suerte terrible, que se traduce en la pérdida de goles increíbles, asi como también la recepción de goles por parte de los equipos rivales sobre la hora en que finalizan los partidos. Empezó dominando aquel partido del miércoles, desde ambos costados y con varias situaciones de gol. Solo pudo hacer uno y podría haber ampliado la diferencia por lo menos con dos goles mas, pero regaló espacios luego, se puso atrás como hace habitualmente, y por un error garrafal de Cáceres, le regalamos una pelota "servida en bandeja". Fue empate 1 a 1.... a cantarle a Gardel. Se llegaba a Avellaneda con todo el suspenso y con la presión de siempre. Sin embargo muchos jugadores fueron optimistas, aunque cautelosos. Hubiera sido menos preocupante para nosotros si salíamos de Córdoba con el 1 a 0.
En nuestra cancha fuimos bastante impresisos y la verdad a mi no me gustó como jugó el equipo, mostró un nivel lejano al nivel que mostró en Córdoba. Moralez clavó el 1 a 0 y los hinchas enloquecieron, aunque se pedían mas goles porque Belgrano reaccionaba. Si bien el empate nos mantenía a nosotros en primera, la hinchada quería estar mas tranquila ganando el partido. Un avance increíble de Belgrano, sumado a la mala salida del arquero Gullota, fue casi determinante. El delantero trastabilló y no llegó a definir: zafamos de manera incríble! La gente pedía por favor finalizar el partido.
El desborde al final fue absoluto y todos los hinchas quedamos aliviados, aunque contentos. Creo yo que esta promoción se tendría que haber evitado, ganando todos los anteriores partidos que no ganó, pero en fin.
Pero asi es Racing, asi es su escencia, su gente...

jueves, 19 de junio de 2008

Ópera Parsifal

Ópera romántica de Richard Wagner (1813-1883). El libreto es del mismo compositor, quien recogió numeroso material, para este drama que se desarrolla en tres actos, de los poemas "Parsifal " y "Titurel" de Wolfram von Eschenbach, basados, a su vez, en antiguas leyendas bretonas. El estreno tuvo lugar en el Festpielhaus de Bayreuth en 1882. Wagner cedió al festival la exclusiva de la representación de Parsifal durante los siguientes 30 años, siendo la primera representación "legal" fuera de Bayreuth, la que tuvo lugar en el Teatro del Liceo de Barcelona el 31 de diciembre a las 11 de la noche de 1913.

Personajes

AMFORTAS

GURNEMANZ

TITUREL

PARSIFAL

KLINGSOR

KUNDRY



La acción se desarrolla en un lugar indeterminado de las montañas del norte de España, durante la Edad Media (siglo X).


ACTO I.- Suena el toque de diana en un bosque de los dominios de los caballeros del Santo Grial. Gurnemanz, un anciano caballero, convoca a la oración a dos escuderos y después les ordena preparar el baño para Amfortas, guardián del Grial, que está a punto de llegar para bañarse en el cercano lago. Entran ahora dos caballeros y uno de ellos comenta que la herida de Amfortas presenta cada vez peor aspecto. La misteriosa hechicera Kundry, que presenta un estado lamentable, entra con un tarro de bálsamo para Amfortas, que entrega a Gurnemanz, y después se arroja al suelo desesperadamente.

Amfortas llega conducido en una litera, con un cortejo de caballeros y de escuderos. Habla con un caballero, mencionando la predicción de que un "tonto sin malicia, al que la piedad hará sabio" ("Durch Mitleid Wissend... der reine Thor") le traerá el alivio. Gurnemanz le entrega el bálsamo de Kundry, que Amfortas agradece, y se marcha. Cuatro escuderos conversan con Gurnemanz, quien les dice que la santa Lanza y el Grial fueron entregados a Titurel, que fundó una orden de caballeros para custodiar las reliquias y después las entregó, para su custodia, a su hijo Amfortas.

Sabemos también ahora que Klingsor, un caballero al que por su impía conducta le había sido negado el ingreso en la hermandad, había creado un jardín mágico lleno de doncellas-flores para tentar a los caballeros del Grial. Amfortas había sucumbido a los encantos de una de ellas y, mientras estaba en compañía de la doncella, Klingsor le había robado la Lanza y con ella había causado una herida a Amfortas en el costado. La herida no se curaría hasta que la Lanza no fuese recuperada por un "tonto sin malicia, a quien la piedad hará sabio". Los escuderos repiten las palabras de Gurnemanz.

En este momento un cisne herido vuela sobre el lago, despertando el horror de los caballeros y escuderos, pues la vida animal es sagrada en los dominios del Santo Grial. El cisne había sido herido por un joven, que es llevado a la presencia de los caballeros, ante los que aparece profundamente contrito. Es Parsifal, pero, ante las preguntas de Gurnemanz no puede declarar ni su nombre ni su origen. Después de que los caballeros han sacado fuera al cisne, Kundry, que está presente en la escena, cuenta que el padre de Parsifal murió en una batalla y que él fue criado en la más perfecta inocencia por su madre, que acaba de morir.

Gurnemanz se lleva fuera a Parsifal y cuando la escena cambia, reaparecen en el salón del castillo de los caballeros. Se escucha el sonar de campanas y los caballeros, los escuderos y los jóvenes están reunidos para la celebración de una ceremonia religiosa, mientras llegan voces desde lo alto. El anciano Titurel pide a su hijo, Amfortas, que muestre el Grial, a lo que éste se resiste, agobiado por el remordimiento ("Nein! lasst ihn unenthüllt!"). Pero finalmente, ante la insistencia de Titurel, el Grial es descubierto, apareciendo en la oscuridad con todo su brillante esplendor. Amfortas consagra el pan y el vino, que son distribuidos a los caballeros, mientras todos rezan para que el Grial, con su santo poder, les regenere. Salen los caballeros con Amfortas, cuya agonía es cada vez más visible. Parsifal, que ha observado la imponente ceremonia en silencio, siente su corazón oprimido y mueve ligeramente la cabeza ante lo que no comprende. Gurnemanz entonces, irritado ante lo que considera estupidez por parte de Parsifal, lo lleva fuera del salón. Pero desde arriba se vuelven a oír las voces: "La piedad convertirá en sabio al tonto sin malicia...".


ACTO II.- En su castillo mágico, Klingsor advierte la inminente llegada de Parsifal a sus dominios y resuelve envolverlo en sus mágicas artes. Ordena a Kundry, que está en parte bajo el poder del mago, pero que también sirve a los caballeros, que seduzca a Parsifal. Ella, bien a pesar suyo, ha de obedecer. Klingsor hace sonar un cuerno para alertar a los suyos a defenderse de los ataques dirigidos por Parsifal.

Desaparece la torre en la que se encontraban Klingsor y Kundry y en su lugar aparece un jardín mágico, en el que pasea un grupo de bellísimas muchachas. Parsifal, que ha derrotado en fuga a los soldados de Klingsor, entra en el jardín. Las doncellas le reprochan, al verlo, haber dado muerte a los soldados de Klinsgsor. Pero cuando Parsifal habla con ellas su actitud cambia y todas muestran festiva alegría, transformándose en doncellas-flores, compitiendo todas entre sí para atraer al recién llegado. Él las rechaza y está a punto de salir cuando aparece Kundry, transformada en una mujer bellísima, que llama a Parsifal, en tanto que las doncellas-flores se marchan.

Parsifal cuenta a Kundry la historia de su madre, que murió de tristeza cuando él se marchó; y ella trata de consolar al joven dándole un apasionado beso. Cuando ella lo besa, Parsifal recuerda a Amfortas y la herida que recibió con la Lanza. Y momentáneamente siente en sí el dolor de Amfortas, y, casi en trance, recuerda la visión del Grial, lo que desconcierta a Kundry.

La mujer se acerca de nuevo a Parsifal, pero éste la rechaza. Kundry trata de persuadir a Parsifal de que la salve, hablándole de la maldición que pesa sobre ella desde que en una ocasión ultrajó al propio Jesucristo. Parsifal dice que puede salvarla, pero no en la forma que ella quiere. Cada vez más frenética, Kundry pide a Parsifal que se quede con ella por lo menos una hora, pero él rechaza firmemente lo que la mujer le propone. Llena de furor, Kundry llama a Klingsor, que aparece sobre el muro del castillo que da al jardín y arroja a Parsifal la Lanza sagrada. Milagrosamente, el arma queda suspendida en el aire; Parsifal la toma y hace con ella el signo de la cruz, momento en el cual el castillo se derrumba y los jardines se transforman en un árido desierto. Cuando Parsifal va a marcharse, llevando consigo la Lanza, dice a Kundry que ella sabe dónde puede encontrarle.


ACTO III.- Algunos años más tarde, Gurnemanz, muy envejecido, está a la puerta de su cabaña de ermitaño; Kundry, vestida de penitente y en un estado extremo, está en un matorral. Su antigua actitud soberbia y casi salvaje se ha cambiado en un comportamiento dócil y se presta a servir a Gurnemanz. Entra en la cabaña cuando ve que se acerca un hombre: es Parsifal, vestido con negra armadura. Gurnemanz no lo reconoce, pero le dice que nadie puede entrar armado en los dominios de los caballeros del Grial, especialmente ese día, Viernes Santo. Parsifal se despoja de su armadura y Gurnemanz se da cuenta entonces de que se trata del muchacho inocente que dio muerte al cisne.

Parsifal dice a Gurnemanz que a causa de una maldición (la de Kundry) no ha podido encontrar hasta ahora el camino de vuelta, pero que ahora es portador de la Lanza Santa. Gurnemanz agradece la providencial llegada de Parsifal, porque los caballeros se encuentran en una penosa situación: Amfortas se niega a mostrar el Grial y como consecuencia de ello Titurel acaba de morir. Al oír esto, Parsifal se siente profundamente afectado. Kundry y Gurnemanz lavan los pies a Parsifal y esparcen agua sobre su cabeza. Parsifal dice que él sucederá a Amfortas; Titurel lo unge con óleo santo. Después. Parsifal bautiza a Kundry, tras de lo cual, ambos contemplan arrobados la bellísima escena de la mañana de Viernes Santo. Las campanas, que repican a lo lejos, acompañan la presentación que Gurnemanz va a hacer de Parsifal como guardián del Grial.

En el gran salón del Grial, aparecen dos cortejos procesionales, uno con Amfortas y el Grial; el otro con el féretro de Titurel. Los caballeros expresan su deseo de que el féretro sea colocado ante el altar y el cuerpo de Titurel no sea cubierto; Amfortas, a su vez, pide que le dejen morir. Los presentes le ruegan una vez más que muestre el Grial, pero Amfortas sigue negándose a ello: va a morir, dice, y no quiere hacer nada por evitarlo; en lugar de ello vuelve a rogar a los asistentes que le den muerte.

En este momento dramático entra Parsifal, quien coloca la Santa Lanza sobre la herida de Amfortas, que queda instantáneamente curado. Amfortas ha sido absuelto, dice, y él, Parsifal, es ahora el guardián del Grial. Todos clavan sus miradas, arrobados en la Lanza y entonces Parsifal ordena que sea mostrado el Grial, que aparece con un fulgor intensísimo. Se escuchan las voces de lo alto; y mientras Parsifal, en silencio, bendice a los asistentes con el Grial, una paloma blanca viene a posarse sobre su cabeza. Todos se arrodillan ante él y Kundry, desaparecida la maldición cae sin vida a los pies de Parsifal.

Mi análisis:

El final de ésta ópera es una de las piezas mas bellas y conmovedoras que he escuchado, debido a la sublime melodía que comienza en el momento que Parsifal ingresa en el salón del Grial. Me ha puesto la piel de gallina, pues en ese momento de sumo despliegue orquestal que se mantiene en las cuerdas de la orquesta, me imaginé como los caballeros se arrodillan ante él y presencian el descenso de la paloma blanca, símbolo del Espíritu Santo. Wagner simboliza a ésta con un alto acorde en la flauta. El éxtasis musical a la que acompaña la melodía del coro caracteriza a la perfección el apoteosis del arte wagneriano. Es una música celestial, extraterrenal, que me ha llenado de paz y la considero una caricia para los oídos y el alma.






El estreno de Parsifal tuvo repercusión mundial, y el día en que tuvo lugar dicho acontecimiento estuvieron presentes grandes exponentes de la música del siglo XIX. Entre los más conocidos se hallaban Tchaikovsky, Berlioz, Liszt, Dvorak, Saint-Saens, Mahler, Gounod, Massenet y mi favorito Anton Bruckner, fiel alumno del gran maestro alemán y ferviente devoto, quien al finalizar la obra cayó de rodillas ante Wagner y le dijo: "Maestro, ¡lo adoro!".......Y VAYA QUE TENÍA RAZÓN!!!!!


Interpretación recomendada: Kurt Moll y José Van Damme. Orquesta Filarmónica de Berlín, dirigida por Herbert Von Karajan.

miércoles, 11 de junio de 2008

Dos anécdotas que me encantaron

Quería compartir con ustedes estas dos historias reales que me emocionaron, sobre todo la primera….

ANÉCDOTA 1:
Durante una tibia tarde de Viena del siglo XIX, se hallaban caminando en la tranquilidad de la pintoresca ciudad cultural dos grandes amigos y notables personajes del arte mundial. Uno de ellos se llamaba Johann Wolfgang von Goethe, novelista, poeta y dramaturgo alemán. El otro Ludwig van Beethoven, un músico que, con el correr de los tiempos, daría mucho que hablar en todo el planeta. No solo el arte unía a estas dos personas, sino también una gran amistad. Por ello, en varias ocasiones se juntaban para caminar por la bella ciudad o bien para tomar algún café dialogando sobre sus respectivas cosas. En aquella tarde iban caminando ambos en silencio y los sorprende a lo lejos una carroza que se aproxima hacia ellos. Al estar cerca, los artistas percibieron que dentro de ella se hallaba una joven pareja correspondiente a la nobleza austríaca. Cuando el carruaje se hallaba ya a un paso de ellos, Goethe hizo una especial reverencia a la emperatriz, haciendo paso con su mano, hincándose levemente y quitándose su sombrero, señalando un cordial y respetuoso saludo. Una vez que pasó de largo, el dramaturgo se repuso y continuó caminando. Inmediatamente el músico se detuvo y se dirigió a su amigo. –Usted ha cometido un error. No tenía que haber hecho eso –le dijo Beethoven– ...¡son ellos los que tienen que hacernos reverencia a nosotros!.

¡¡¡¡QUÉ MAESTRO!!!!!



ANÉCDOTA 2:
En una de las interpretaciones de un concierto para piano de Sergei Rachmaninoff, considerado el último romántico de dicho instrumento, la ejecución se detenía una y otra vez. El director de la orquesta no era un hombre cualquiera. Su nombre era Gustav Mahler, quien además de ser compositor también era director. Se lo solía criticar no solo por su música, sino también por las interpretaciones de las obras de otros autores. Mahler solía ser estricto al punto de detener la ejecución si algo no le resultaba correcto. Aquella vez, el concierto ya había sido cortado unas diez veces, algunas más quizás, hasta que de vuelta volvían a ejecutar la obra de cero. En un momento Rachmaninoff, ejecutor del instrumento y cansado ya de estas pausas, se dirigió a Mahler. –Maestro ¿Qué es lo que sucede?
A lo que Mahler inmediatamente respondió. –Hasta que usted no toque el piano tal cual lo escribió en la partitura, no seguimos.


¡Qué genios por Dios!

lunes, 9 de junio de 2008

Un grande no muy popular: Max Bruch (1838-1920)

Bajo la pronunciación “Bruc”, este romántico alemán se ha ganado un lugar dentro de mis preferencias musicales actuales, y no quería dejarlo ausente en este espacio donde vuelco mis aficiones, que son la fuente de lectura de los que comparten mis gustos, como también es fuente de aprendizaje para los que no lo conocen. Mi padre me lo ha “presentado”, una vez que llevo al campo un CD con sus mejores sinfonías, sus obras completas: me han resultado maravillosas. Lo mismo hizo mi padre un tiempito después, al traer sus grandes obras para violín: también nos resultaron increíbles. Contemporáneo al genial prodigio Camille Saint Saens (1835-1924), tiene en su tercera sinfonía un melancólico adagio, que me transporta y me ubica en los bellos paisajes nevados europeos. Me sumerge en un colchón de paz absoluta. También me ha causado similar efecto sus romazas para violín, expresando un toque romántico realmente único, ideal para apreciarlo en una noche de campo con luna llena. Sus caracteres musicales heredan grandes aditivos de Schumann, sobre todo en sus sinfonías, bastante similares a la sinfonía “Renana”, compuesta por el ya citado compositor. También se mezclan grandes recursos vigorosos de Beethoven, que se aprecian básicamente en los scherzos. En resumidas cuentas, este compositor, con estas características que les mencioné, se ha ganado un lugar dentro de la “discoteca” de los Tarsitano. Les muestro algunos datos biográficos.

DATOS BIOGRÁFICOS

Bruch nació en Colonia, Alemania, el 6 de enero de 1838. De pequeño ya mostró talento para la música y recibió clases, las primeras por parte de su madre, que fue soprano. De ahí que a los 11 años ya había compuesto algunas obras que se interpretaron en público. En 1852, cuando sólo tenía 16 años, ya compuso su primera sinfonía y un cuarteto de cuerdas, lo que le valió un premio de la Fundación Mozart en Fráncfort del Meno y una beca.

Al año siguiente Bruch inició sus estudios de música en Fráncfort, que prosiguió más adelante en Leipzig. Después de cinco años terminó su formación y trabajó durante tres años en Colonia como profesor de música. Entre 1861 y 1865 realizó numerosos viajes por Alemania, Austria, Francia y Bélgica, donde dió recitales como director de orquesta. Al final de ese periodo aceptó el cargo de director de música en Coblenza y más adelante de director de orquesta cerca de Turinga.

En 1870 Bruch se instaló en Berlin, donde volvió a trabajar como profesor de música. En 1880, a los 42 años, se casó con una cantante, con la que tuvo cuatro hijos. Fue nombrado en ese mismo año director de la orquesta filarmónica de Liverpool, en Inglaterra, donde permaneció tres años. A continuación dirige la orquesta de la ciudad Breslau, en Alemania, hasta que se hace cargo en 1891 de la dirección de la escuela de composición en Berlín. En los años siguientes Bruch es distinguido en repetidas ocasiones. Recibe el título de profesor honoris causa por las universidades de Cambridge y de Berlin. En esta última ciudad ingresa en la academia de Bellas Artes como miembro de la dirección.

En los diez últimos años de su vida Bruch renuncia a sus cargos y se dedica por entero a la composición. Entre sus obras más importantes se encuentran sus conciertos para violín, de las que el Concierto para violín en sol menor sigue teniendo en la actualidad una acogida extraordinaria, comparable a la del concierto para violín de Mendelssohn. También son muy conocidas hoy en día su Fantasía escocesa, para violín y orquesta, y sus Variaciones sobre el Kol Nidrei, para cello y orquesta, basadas en melodías hebreas. Bruch compuso otras muchas obras que fueron populares en su época, como sus tres sinfonías y otras obras orquestales, sus óperas, entre ellas especialmente Loreley, y sus obras corales.

Murió a los 82 años de edad.

OBRA MUSICAL

Concierto nº 1 para violín y orquesta (1867)

Concierto nº 2 para violín y orquesta, opus 44 (1877)

Fantasía escocesa nº 1 violín y orq. (1880)

Kol Nidrei violonchelo y orquesta (1881)

Concierto nº 3 para violín y orquesta, opus 58 (1890)


A continuación les dejo de regalo un video del hermoso adagio que les mencioné antes, un regalo de Dios, una caricia para los oídos.


miércoles, 4 de junio de 2008

Un genio, del 21 al 125


En este post quiero hablar de las grandiosas sinfonías de Ludwig Van Beethoven, el titán de la música como lo han descripto ciertos críticos del siglo XIX, entre algunos nada más y nada menos que Richard Wagner. Para mi son obras dignas de ser analizadas y, mas allá de que a la gente le guste o no, se las considera como la bisagra de la música, es decir que marco un antes y un después, sin lugar a dudas. A mi parecer diría que marcó un paradigma en la música: este célebre compositor, que por desdicha padeció una sordera progresiva a partir de los 30 años de edad, nació a fines de la época donde gobernaba el clasicismo en la música, en 1770 para ser más precisos. En aquella época Haydn y el prodigio Mozart deleitaban a las cortes europeas, lo que mas se estilaba era tocar para la Aristocracia. Beethoven por cierto copió muchas cosas del célebre niño prodigio. Murió en 1827, cuando estaba el romanticismo dando sus mejores frutos. Por eso para mi marcó un paradigma, porque Beethoven tiene una mezcla de ambas corrientes: la que gobernó Mozart y el romanticismo. Justamente la quinta sinfonía, que mencionaré a la brevedad, es justo el punto de inflexión entre ambas corrientes de la cultura mundial, siempre mirándolo desde el marco musical.
¿Por que puse este título? Simplemente porque la primer sinfonía de Beethoven es la op. 21 (op. significa “opus”, del latín “obra”) y la novena (la última) es la op. 125. El compositor, al igual que otros colegas en la época, ponía en las obras la nomenclatura del opus, para saber así que orden cronológico sigue y cual es el número de cada obra. Generalmente este compositor escribía en dos escritorios diferentes, dos obras a la vez. ¡Algo increíble!

Las Sinfonías Nº 1 op. 21 y la Nº 2 op. 36 son una gran representación del último momento del clasicismo. Se guardan muchas melodías semejantes a las del prodigio Mozart, sobre todo en la primera, se recuerda el viejo “minué” en el tercer movimento. En la segunda aparece recién el “scherzo”, movimiento que quedaría de por vida en el resto de las sinfonías de los compositores que lo sucedieron. En el presente link podemos apreciar el inicio de la primer sinfonía:
http://www.youtube.com/watch?v=buSsLmknbgo

La sinfonía Nº 3 op. 55, con el subtítulo “Heroica”, es el primer gran salto de Beethoven en la historia de la sinfonía. Comienza aquí a describir de alguna manera fuerzas sobrenaturales, tema que retomaría mas adelante y mantendría a lo largo de su lucha en la vida. Le puso ese nombre en honor a Napoleón Bonaparte, a quien le dedicó la grandiosa obra. El profesor Marcelo Arce me contó en una clase que, en el primer movimiento el compositor dejó una leyenda en la partitura aludiendo Napoleón: casi finalizando el tramo de la coda, se puede leer en la parte inferior “A la memoria de un gran hombre”. Personifica a Napoleón como el héroe, que es el tema central de la obra. Desde ahí que el compositor utiliza grandes recursos orquestales. Aparece el tema al que los musicólogos llaman hoy día “plano sonoro”, refiriéndose a que la música parecería escucharse en tres dimensiones, o un grupo de instrumentos que va adquiriendo mas magnitud que otro, como si la orquesta se “moviese”. A continuación pueden apreciar una interpretación de Herbert Von Karajan, uno de los mejores directores de orquesta del siglo XX.
http://www.youtube.com/watch?v=FFltqVS8d9I&feature=related

La sinfonía Nº 4 op. 60, nos trae un poco de calma en comparación del vigor que nos dejó la Heroica. Es una obra mas fresca, aunque comienza con una atmósfera sombría, que nos da un pequeño adelanto de lo que a futuro se lo llamaría hipersinfonismo, destacado en la novena sinfonía. Nuevamente les muestro una interpretación de Karajan:
http://www.youtube.com/watch?v=zk-sf1jOkdc&feature=related

La Sinfonía Nº 5 op. 67 retoma la imagen central que permaneció durante la tercera sinfonía. Toda esa energía vuelve a resurgir en un interrogante que para Beethoven no marca solo su música, sino también su propia vida. Plantea el tema de destino. Era un tema que obsesionaba a nuestro maestro. ¿Qué será de mi destino?. Es la obra que sin lugar a dudas es la bisagra, el punto de inflexión que nos abre la llave para entrar al Romanticismo en la música. Pero ustedes se preguntarán que tiene de romántico el primer acorde que suena al inicio. El “pa…ra…pa…pá” (sol–sol–sol–mi bemol), como sonido onomatopéyico, es un acorde impactante que hasta suena macabro: ha sido brutalmente rechazado el día del estreno, ya que el público no estaba acostumbrado a escuchar una música que impacte tanto. Se horrorizaron todos en la sala de concierto. Piensen que el estreno se dio un frío 6 de diciembre de 1808 en Viena, justamente se van a cumplir 200 años!!!! Sin embargo con el correr del tiempo esta obra, que por cierto es maravillosa, ha convencido a multitudes de que Beethoven era un ser elevado, ya que se mandó en un disco al espacio exterior en una expedición de la NASA como representación de los sonidos del Planeta Tierra. La verdad esta sinfonía merece un post aparte. En el presente link se puede apreciar este primer moviendo que es tan famoso:
http://www.youtube.com/watch?v=Lo0b88qEpI0 .
Volviendo al tema del romanticismo, se dice que es la obra que lo inicia porque en dicha corriente musical se plantean los principales aspectos que se vinculan con la vida: el amor, el odio, las pasiones, el destino, la lucha, o la vida misma. Todas las obras románticas aluden a estos temas. Nosotros tenemos un erróneo concepto de romántico: pensamos que algo solamente es romántico porque alude al amor, y es falso. Lo romántico puede abarcar todos los aspectos que les mencioné recién. La quinta sinfonía detalla de distintas maneras lo que significa el destino para Beethoven. Al comienzo, con el famoso acorde, el músico explayó en una parte de la partitura “El destino golpea mi puerta”. Da escalofrios, si, pero lo plantea para mi extraordinariamente bien. Durante el transcurso de toda la obra, el tema central (tres notas breves y una larga), este leitmotiv, se mantiene intacto hasta que culmina al final con un desarrollo orquestal realmente único: en la parte inferior de la partitura el compositor mostró la leyenda “Le aplastaré la cabeza al destino” como aclarando la idea en el final de la obra que fue lo que marcó el paradigma. ¿Saben por que la sinfonía la pusieron en el disco de la NASA con los demás sonidos de la Tierra? Resulta que había un poblado en una isla del Pacífico, la cual jamás había escuchado algún tipo de música: solo conocían los sonidos de la naturaleza. Un día se les presentó la música, diversos tipos y estilos, y entre ellos la quinta sinfonía de Beethoven. Ésta última obra los impactó notoriamente y hasta tuvieron buenas reacciones al escucharla. Es por eso que se la consideró apropiada para mandarla al espacio.

La sinfonía Nº 6 op. 68, llamada “Pastorale”, tuvo estreno mundial el mismo día que la quinta sinfonía, y en ella Beethoven expresa su infinito amor hacia la naturaleza. Es la primer obra de él del tipo programática, ya que la música es puramente descriptiva, describe un programa. Primero aparece el “amanecer en un día de campo”, luego en el movimiento lento “escena junto al arroyo”, donde se aprecia las leves notas de las cuerdas que simbolizan el agua del arroyo y unas flautas simbolizan pájaros. En tercer lugar tenemos una “danza de campesinos” que disfrutan de un bello paisaje. Inmediatamente la música alegre se torna automáticamente a la “tormenta” que se desata en forma furiosa. Los pastores deben refugiarse del temporal. Y por último, la tormenta se aleja y hay un “agradecimiento pastoral luego de la tempestad”. La música recobra una bella melodía, que refleja el alivio de los pastores. El fin de la sinfonía contrarresta con el impactante fin de la quinta, con un toque único: los pastores se van a dormir cuando empieza a caer la noche y la melodía se va apaciguando de a poco en los violines y en los contrabajos. Para conocerla mejor, vean el link
http://www.youtube.com/watch?v=HZGb-Kjy0S0&feature=related

La sinfonía Nº 7 op. 92 vuelve a recobrar el vigor que quedó latente de la quinta sinfonía, y en parte es la llave de apertura a la música de Richard Wagner. Como segundo movimiento (
http://www.youtube.com/watch?v=bqtPVEuAbzM) tiene un allegretto que posee una dulce melodía: comienza tenue en los contrabajos como un acorde fúnebre (aunque se llama allegretto por la estructura musical). Luego esa melodía lo toman los violonchelos, y al terminar de desarrollar la esencia aparecen los violines como para culminar el desarrollo de los instrumentos de cuerda. El movimiento continua con el mismo tema hasta que la sinfonía finaliza con un presto a pura energía.

La sinfonía Nº 8 op. 93 es un canto a la vida. Es ligera y de corta duración, y en el transcurso de sus cuatro movimientos se percibe un espíritu alegre y enérgico. Tal como lo ha descripto Wagner cierta vez, es como “las travesuras de un niño”. Su comienzo y desarrollo del primer movimiento son muy motivadores, como que dan energía y ganas de vivir. El segundo movimiento tiene un tempo marcado que se lo relaciona indirectamente con la sinfonía “El reloj” de Joseph Haydn. También anticipa a futuro lo que desarrollaría Sergei Prokofiev casi un siglo mas adelante: el Neoclasicismo. Ese ritmo de reloj lo tomaría a futuro este ruso para su Sinfonía Nº 1. El link
http://www.youtube.com/watch?v=8Hk4wueoiFM nos muestra la vitalidad y alegría del primer movimiento.

La sinfonía Nº 9 op. 125 ya describe un universo musical desconocido hasta esa fecha. Tuvo su estreno mundial en Viena en 1823, pocos años antes de la muerte de Beethoven. Digo que era desconocido porque hasta ese año las orquestas estaban limitadas hasta ochenta músicos. En la novena sinfonía aparecen más músicos en escena, algo inusual que también revolucionó el arte musical en todo el mundo. Se lo llamó “Hipersinfonismo”, debido a que la cantidad de músicos excedían los cien participantes, e incluso a veces llegando hasta ciento veinte. Además, se revolucionó la sinfonía porque en esta obra Beethoven incluye, por primera vez, la voz humana. Un coro mixto y cuatro solistas aparecen recién en el Presto final, cantando un fragmento de la ya célebre Oda a la alegría, de Friedrich Von Schiller, amigo de nuestro maestro. El desarrollo de la obra es extenso y desde el arranque se aprecia la atmósfera musical diferente a la octava sinfonía: una nota pedal continua anticipa un vigor orquestal que tendrá un gran desarrollo con el correr de la obra, muy parecido al comienzo de la cuarta sinfonía. En el adagio se vuelve al clima melancólico y como cierre de la obra, antes de la aparición del coro, los contrabajos anuncian la llegada del coro masculino para el arranque de la oda. La obra finaliza con un gran colorido orquestal y vocal, cerrando así de forma maravillosa el ciclo de sus nueve sinfonías.
Una anécdota cuenta que el músico, el día del estreno de la novena sinfonía, se encontraba dirigiendo la orquesta. Tenía puesto un sombrero rojo, que hacia juego con su vestimenta. La obra recién había concluido y el maestro seguía agitando los brazos de manera enérgica hacia la orquesta. Como era sordo, no había percibido el fin y aun seguía dirigiendo en medio de los aplausos y ovaciones, hasta que la soprano fue discretamente hacia él y lo dio vuelta con una palmada en el hombro. El músico diose vuelta y percibió con gran emoción la ovación y el cariño del público. Las lágrimas recorrieron su rostro, parecía un niño sorprendido. El siguiente enlace (
http://www.youtube.com/watch?v=bcR63fPtSLs&feature=related) corresponde al film “Amada inmortal” y muestra aquella anécdota del estreno, aunque algunas cosas están cambiadas, no sabemos si en la película o en la anécdota que les conté (los invito a ver si notan las diferencias entre ambas... a ver si las distinguen).

Las sinfonías de Beethoven fueron el objeto de estudio de muchas generaciones que le siguieron. Sin lugar a dudas han dejado sus huellas en la historia del arte. Franz Liszt, prodigio indiscutido del piano, las transcribió a las nueve sinfonías a la versión de dicho instrumento, algo absolutamente excepcional que también repitió en sinnúmero de obras, e incluso óperas.


martes, 27 de mayo de 2008

Gustav Mahler (1860-1911). Sinfonía Nº 2.

Con el subtítulo “Resurrección”, fue considerada por Mahler como una continuación de la primera sinfonía, “El titán”. Fue escrita cinco años después (1894) y el compositor le ha enviado a un crítico alemán el siguiente párrafo: “He llamado al primer movimiento ´Celebración del muerto´. Si usted desea saberlo, es al héroe de mi primera sinfonía a quien llevo hasta la sepultura. Desde el principio surgen las grandes preguntas: ¿Por qué has vivido? ¿Por qué has sufrido?¿Todo ha sido una inmensa y terrible broma? Todos debemos de algún modo contestar estas preguntas si es que hemos de continuar viviendo, y aun si sólo hemos de continuar muriendo. Quienquiera que oiga este llamado debe dar una respuesta, y esa respuesta la doy en mi último movimiento.”

La sinfonía reclama fuerzas inmensas. La gran orquesta incluye un órgano de tubo, campanas de iglesia, cuatro trompas y cuatro trompetas fuera del escenario, una gran variedad de instrumentos de percusión que incluye algunos tan poco ortodoxos como tam-tams (una especie de tambor) y ruthe (haz de palillos), como así también otro grupo de percusión “oído a la distancia”. La obra requiere también la voz humana: una soprano, una contralto y un coro; por primera vez Mahler llama a la palabra para acompañar su música. Desde ciertos puntos de vista se ha considerado a esta sinfonía que sigue cierto programa. Representa para muchos una alegoría sobre la vida del hombre. Desde esta óptica, el primer movimiento habla de la muerte, el segundo de juvenil optimismo y el tercero de vulgaridades de la vida; el cuarto, de la vida espiritual y el quinto el día del Juicio Final.

La sinfonía comienza con un colérico estruendo en los contrabajos; el “porque” de la existencia humana es entonces planteado. El interrogante continua en las maderas y sigue en la orquesta completa hasta que se convierte en un frenético clamor. Luego llega una calma melódica en los cornos y las cuerdas, como una renovada confianza, pero el descontento del comienzo retorna y poco después somos lanzados en medio de una apasionante lucha. Luego tenemos la batalla de la duda que se inicia cuando los contrabajos entonan una marcha fúnebre; después el sentimiento cambia de la derrota a la victoria. El segundo movimiento es una graciosa danza popular austriaca, legado fundamental de su maestro Antón Bruckner (1824-1896) y que fue creado por Antonín Dvòrak (1841-1904), nos llega como el reconfortante calor del sol luego de una tormenta de verano. El tema comienza en las cuerdas y luego adquiere un ritmo rápido contrastante, después de la cual vuelve la melodía de la danza. El tercer movimiento, un scherzo, es hincado con golpes de timbales. La música es leve (el héroe ha afrontado las vulgaridades de la vida); vivaces temas suceden unos a otros y los ritmos se hacen caprichosos. El cuarto movimiento, titulado Urlicht (prístina luz), es un canto a la esperanza y Mahler emplea aquí por vez primera la voz humana. Una contralto entona un fragmento de un ciclo de poesías populares alemanas, tituladas Des Knaben Wunderhorn (“El maravilloso cuerno del muchacho”). El texto comienza así:

“¡Oh, roja, roja rosa!

¡El hombre yace en amarga necesidad;

el hombre yace en la pena mas grande!

Desearía estar en el cielo.”

Esta prosa nos dice que nos encontramos, según el compositor, buscando incesantemente la vida espiritual. Sin interrupciones, el quinto movimiento se hace presente en una vigorosa entrada de tutti orquestal, donde se desencadena toda la furia que había quedado planteada en el primer movimiento y que ahora representa al Juicio Final. Aquí aparece el coro y la soprano solista, además de la contralto que hizo su aparición antes. Trompas distantes anuncian el día del juicio. La música combina al comienzo parte de gran esplendor y a la vez una gran angustia. De pronto la música se interrumpe y escuchamos el coro que comienza levemente, como una marcha fúnebre representada por los muertos que emergen de sus tumbas y marchan en procesión. El texto aquí es “La Resurrección” de Klopstock, con versos adicionales del mismo Mahler. Luego el colorido musical va cambiando; un fulgor espiritual vence a la música macabra de antes. Las trompetas del Apocalipsis lanzan su llamado. Las sonoridades son cada vez más. La “palabra” se hace más y más exultante, hasta que se llega a un clímax orquestal que representa que se ha vencido a la muerte. La sinfonía finaliza con un alegre teñido de campanas y la voz majestuosa del órgano.

Es importante destacar el despliegue orquestal de esta obra; los rasgos hipersinfónicos aquí son notables e indiscutibles, debido a que se incluyen muchos instrumentos que no suelen ser habituales en una orquesta mediana (las que tienen como mucho ochenta músicos en escena). Las orquestas hipersinfónicas tienen alrededor de cien o ciento veinte músicos en escena, denominándose así orquestas con gran orgánica. Es una obra impresionante que describe claramente las ideas del compositor. Su comienzo me ha horrorizado la primera vez que la escuché (el acorde inicial de los contrabajos que simbolizan la muerte), fue una impresión tal que me dije para mis adentros: “Esto es la muerte”. Su final me ha impactado y enloquecido debido a su belleza sonora, que es muy afín al sonido de las campanas...... ¡Es la resurrección propiamente dicha!.

Interpretación recomendada: Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, dirigida por Rafael Kubelik.

jueves, 8 de mayo de 2008

Un grande que sufre

Quería dedicar este post a mi querido Racing, el club de mis amores. No solamente contar la triste situación actual, muy crítica sobre la cual golpean de cerca la promoción y el descenso, sino también de nombrar y recordar su historia, tan grande como su maravillosa hinchada. Tal vez el hincha de Racing que lea el presente artículo se emocione y sienta una sensación de cariño con mi relato, porque se trata de un club especial. Amamos al club como a nuestra mamá o nuestros hermanos: reímos, lloramos, insultamos, nos abrazamos, saltamos, sufrimos, y también somos víctimas desde hace años de un sinnúmero de cargadas, algunas que son graciosas quizás y otras que no tanto. Yo, si bien no soy de ir a la cancha, siempre lo sigo en el sentimiento, ya sea mirándolo por televisión, o bien si estoy fuera de casa siempre me escapo y me prendo a escuchar la radio mas cercana para ver como sale el partido que juega, además de leer las columnas que saca en los diarios todos los días. Creo que más allá del aspecto futbolístico, tuvimos muy mala suerte con los dirigentes que nos tocaron, sobre todo en los últimos 15 años, que han convertido al club en cenizas. No estaríamos pasando ahora semejante situación económica e institucional si se hubiera administrado el club de otra manera. Pero en fin, así son las cosas, estamos igualmente orgullosos de ser hinchas de este club que, este donde este, siempre va a ser un grande y uno de los clubes más tradicionales del fútbol argentino.

Su historia data de comienzos del siglo XX, durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca. En aquel entonces el país era el principal atractivo de los inmigrantes de diversas partes de Europa, nos llamaban “El granero del mundo”, aunque algunas de las carnes que se exportaban al exterior eran rechazadas porque se creía que contenían aftosa.
Era la aurora del fútbol argentino, y de la mano de los ingleses, con Watson Hutton como pionero, se instalaron los primeros “clubes” para jugar dicho deporte a fines del siglo XIX. Alrededor de la década de 1890 se crea la Asociación del Fútbol Argentino. En 1901 un grupo de jóvenes de Barracas al Sud, zona que años más tarde tomaría el nombre de Avellaneda, crea una comisión deportiva, algo así como un club. Se la llamó “Football Club Barracas al Sud”. La condición era que los socios tenían que ser footballers (jugadores de fútbol). El club sufrió un cataclismo a menos de un año de existencia. El argumento determinante fue la elección de los colores de la camiseta que representaría al club. El presidente de la institución tenía la idea de hacerla a rayas negras y amarillas mientras que otro grupo de socios deseaban que esta fuese roja (¡Qué paradoja! ese color sería en el futuro cercano el color de un eterno rival). La falta de acuerdo tuvo como consecuencia la división de la institución. En 1902 se fundó “Colorados unidos”, formado por un grupo mayoritario de socios del “Barracas al Sud”. Finalmente el 25 de marzo de 1903 se reunieron ambos clubes y como un fin común se planteó que se unificaran ambas instituciones, y se fundó “Racing Football Club”. El nombre se debe debido a que uno de sus integrantes de la comisión mostró al resto una revista francesa, y uno de sus artículos rezaba la frase “Racing club”, haciendo referencia a una institución francesa de trascendencia en la época. La moción fue aprobada por todos los integrantes. Si bien el Racing francés contaba con los colores "ciel et blanc" (celeste y blanco) pero con franjas horizontales, Racing Club de Avellaneda no adoptó los colores albicelestes hasta 1910, en franjas verticales, en conmemoración al centenario de la Revolución de Mayo, justamente por ser el primer equipo argentino fundado íntegramente por criollos (recordemos que los anteriores eran todos ingleses).
En 1910, durante la era amateur, asciende a primera división ganándole 2 a 1 a Boca Juniors, y desde ahí comenzaría una seguidilla de éxitos que convertiría a Racing en ser el primero de los equipos llamados “grandes”. En 1913 pegó el primer grito de campeón, y entre ese año y 1919 ganó siete campeonatos amateurs consecutivos, proeza sin parangón en la historia del fútbol, y contó con un equipo formado por los mejores representantes del fútbol argentino de esa época. Los campeonatos de 1914, 1915 y 1918 fueron ganados en forma invicta, y el de 1919 con el puntaje ideal. En aquellos tiempos surgió el apodo que lo acompañaría en la eternidad: le decían la “Academia” del fútbol, haciendo alusión a que parecía “una escuela de fútbol”, se “daba cátedra”. Le siguieron los títulos de 1921 y 1925.
A partir de la década del 30 comenzó el profesionalismo, y Racing obtuvo el primer título en esta era recién en el año 1949. Le siguieron los títulos de 1950 y 1951, convirtiéndose en el primer tricampeón de la era profesional. El campeonato de 1950 fue el primero que festejó en el estadio Juan Domingo Perón, la cancha que posee actualmente. Se la llama así porque el famoso presidente argentino de mitad del siglo era un hincha reconocido del club, y fue él mismo el que hizo construir el estadio. En 1958 La Academia pega otro grito de manera brillante, de un equipazo, el cuál mi viejo me enseñó a nombrar de memoria. Tenía varias figuras, pero la mas sobresaliente fue Omar Orestes Corbatta, apodado “el loco”, considerado por muchos el mejor wing derecho de la historia del fútbol argentino. La década del 60 fue sin lugar a dudas la “década de oro” de Racing. Primero festejó el campeonato de 1961 y luego en el año 1966, once hombres hicieron más que historia. Se consagró campeón en ese año con 39 partidos invictos. Se lo llamó El equipo de José, debido al técnico Juan José Pizzuti, emblema de La Academia. Al año siguiente, 1967, la gloria cruzó las fronteras, al obtener la primera Copa Libertadores de América y luego, la Copa Intercontinental, que de la mano del inolvidable zapatazo del Chango Cárdenas, Racing se convierte en el primer campeón argentino del mundo, al ganarle al Celtic de Escocia por 1 a 0 (ese gol de Cárdenas, junto con el de Maradona a los ingleses, creo yo que son los dos mas vistos y repetidos de toda la historia del fútbol argentino, son goles dignos de ponerse de pie y aplaudir).
Luego vino el período malo para el club, en la década del 70 no logró títulos, y en el año 1983 sufre el peor cimbronazo para un club grande: desciende a la Primera B Nacional. Algo difícil de digerir, estuvo en esa categoría hasta 1985, donde logró el segundo ascenso. El último grito del siglo XX fue la Supercopa de 1988, entre algunas figuras se destacaron Gustavo Costas y el uruguayo Rubén Paz, el último gran ídolo de La Academia. La sequía de títulos locales pesaba en la camiseta, y recién en el 2001 Racing vence una terrible carga de 35 años sin salir campeón. Hoy en día los altibajos siguen, la mala suerte también: estamos luchando para no descender nuevamente. De cualquier manera, Racing siempre va ser un grande, por las huellas que dejó en la historia del fútbol argentino.

¿Por qué soy hincha de Racing?
Cuando mi querido y recordado Nono, Francisco Tarsitano, llegó al país en 1927 proveniente de Calabria, sur de Italia, quedó maravillado con los colores de Argentina. Si, Argentina, ese país que lo conquistó por completo y el que le daría empleo, comida y un hogar digno por el resto de su vida. Cómo todo muchacho de 16 años y con toda la energía de querer progresar, de “hacer la América”, opacaba sus días estresantes yendo a ver fútbol, que era la gracia y el mejor plan para el domingo de los pibes del conventillo. Era la época del “fútbol espectáculo”, donde los señores iban a las tribunas con sus sombreros que entonaban con los trajes, las señoras llevaban a los niños y todo era una fiesta: el fútbol, los cánticos, los aplausos al equipo y también a las buenas jugadas del equipo rival. No había maldad, se jugaba por el orgullo, por la camiseta, por “el pancho y la gaseosa”. Mi nono fue a la cancha con sus primos (que algunos habían venido de Italia antes que él) a ver a River, Boca, Racing, Independiente, tal vez alguno mas quizás. Solo quedó maravillado con esa camiseta que lucía los mismos colores que el cielo, los mismos colores de la bandera de su "segundo país". Además sintió una química especial con esa hinchada fervorosa y sentimental. “Yo quiero ser de este club!”. Ya transcurría la década del 30 y todos los primos Tarsitano de aquella generación salían en caravana hacia Avellaneda para ver a La Academia. Alquilaban un tranvía, todos los primos, todos de Racing obvio, los cuales le decían al motorman que no se detuviese hasta que se llegue a destino: el estadio.
En el año ´47 nace mi viejo, Carlos Francisco Tarsitano, quien heredó a rajatabla la pasión por Racing. Mientras cursaba la escuela en el prestigioso Carlos Pellegrini, le encantaba ir a jugar al fútbol los sábados: tenía habilidades como número “6” (puesto que hoy se lo llama “segundo marcador central”). Mi nono era peluquero a la antigua, de los que hasta te afeitaban su vos querías. Le cortó el pelo durante años a un presidente de Racing, Luis Chamiso. Mi viejo quería entrar en las divisiones inferiores del club. Él siempre me contaba: “Negrito, yo podría haber sido probado en Racing, si el nono le cortaba el pelo al presidente del club….. ¡Entraba de taquito!”. Pero mi nono si bien era fana del fútbol, dijo un rotundo “NO”. “Que el nene estudie y se reciba”. Y mi Nona María fue más severa aun en esa postura. Como buenos tanos que traían la sana filosofía de antes, querían que sus hijos estudiasen y fuesen profesionales: “Mi hijo el dottor”…¿Les suena?. Es que jugar al fútbol en ese entonces, según mi viejo, era de “vago”, de “atorrante”. Los futbolistas no tenían el futuro que tienen hoy, y es cierto. De hecho, luego mi viejo estudio para contador público en la UBA. Así y todo, todos los domingos luego de la pasta de la nona, era religión que mi viejo fuera con mi nono y los tíos a la cancha. Los Tarsitano se mimetizaron con Racing, el club ya era parte de la familia.
Yo, quien les escribe, nací en el año ´79, y por desdicha tuve que vivir la peor etapa de Racing, la peor de su historia, la época de “vacas flacas” como le dicen algunos, con el descenso del `83 y el letargo de 35 años sin títulos locales incluidos. Lloré cuando casi nos cierran el club en marzo del ´99, quiebra e incertidumbre total mediante (¿Recuerdan a Lalín recibiendo el bombo en su cara?) ¡Cómo olvidarlo!. Así y todo me emociono cuando mi viejo me habla de los jugadores de su época: del “loco” Corbatta, de Perfumo, de Federico Sacchi, Basile, Dellacha y muchos otros. Si bien no los viví, siento que de alguna manera lo vivo cuando mi viejo me cuenta, como si retrocediera en el tiempo y los viera, porque tengo esa misma sensación que mi viejo. Y me imaginó como habrá sido el festejo del campeón del mundo en el ´67. Solo pude vivir el título de 2001 de la mano de Reinaldo Mostaza Merlo, el cual salí a festejar con muchos hinchas al tradicional obelisco de Buenos Aires, un ícono de nuestra cultura. Fue un festejo lindo en medio de un clima nacional triste: el país transitaba una de sus peores crisis sociales y económicas.
Por eso para mi Racing es un sentimiento indescriptible, que no se puede decir con palabras. Es como parte de nuestra vida para los hinchas.
Espero que este humilde post les haya gustado, para mi fue hermoso escribirlo.
MAS QUE NUNCA........ AGUANTE LA ACADEMIA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Ah, y se esperan COMENTARIOS… NO CARGADAS!!!

miércoles, 7 de mayo de 2008

Suite "Scheherazade", una obra extraordinaria.

Poema sinfónico de Nicolai Rimsky Korsakoff (1844-1908), uno de los grandes compositores del romanticismo ruso y parte del famoso "grupo de los cinco", esta basado en "Las mil y una noches". El compositor incluyó en la edición de la obra el siguiente párrafo explicativo: "El sultán Chariar, convencido de la infidelidad de las mujeres, había jurado hacer matar a cada una de sus esposas después de la primera noche. Pero la sultana Scheherazada salvó su vida divirtiéndolo con narraciones durante mil y una noches. El sultán, vencido por la curiosidad, postergó cada día la ejecución de sus esposa y por último renunció por completo a su sangriento propósito."

Para la suite se utilizan solo dos temas para su cuatro movimientos. El primero es el vigoroso tema del sultán, que comienza en el primer tiempo. El segundo tema es un tierno solo de violín, que se repite a lo largo de toda la obra para representar a Scheherazada mientras hila sus fantásticos cuentos al malvado sultán. Sus cuatro movimientos son:
1) El mar y el barco de Simbad: comienza con el tema del sultán en los cobres, al unísono con las maderas y las cuerdas. Suaves acordes en los cobres introducen el tema de Scheherazada en un solo de violín acompañado por arpegios en el arpa. Aparece la sección rápida con ondulantes figuras de arpegios para describir el vaivén de las olas, por sobre el cuál escuchamos el tema del sultán. Se escucha otro tema importante, primero solo en la flauta, luego en el oboe y el clarinete; podría ser la descripción del barco de Simbad.
2) El cuento del Príncipe Kalender: aparece iniciado por el solo de violín que representa el tema de nuestra Scheherazada. Primero comienza la esencia del movimiento con un solo de fagot, que luego se va desplazando hacia otros instrumentos con una animación cada vez mayor. Es un pasaje brillante debido a su colorido oriental y su dinámica potente, con ritmos de bárbara pujanza. Es la pieza más famosa de la obra y la más característica escrita por el compositor.
3) El príncipe y la princesa: es un canto de amor. Primero se escucha la voz del príncipe en un tierno pasaje de los violines. La princesa responde con un tema en el clarinete. Mas tarde se agrega un efecto incisivo a esta música amorosa: un fondo rítmico a cargo del triángulo, los platillos, el tamboril y el tambor.
4) Fiesta en Bagdad y naufragio del barco sobre las rocas: en el último movimiento de la obra se escucha el tema del sultán vigorosamente y luego aparece el de Scheherazada. Luego se describe el festival de Bagdad con una deslumbrante escena rítmica, intensamente sonora y descriptiva. Se vuelve a repetir el tema del sultán en un momento. Luego hay un cambio brusco, en el que se describe el cambio de escena. Nos hallamos en el mar: el barco ha naufragado y se escucha como la conmoción anterior se va apaciguando. Se vuelve a escuchar el hermoso tema de Scheherazada en un solo de violín, representando una pieza solemne en la que, junto a los contrabajos que simbolizan la tragedia del barco, forman un contraste melódico único. La nota pedal en el violín se mantiene en lo alto y, cuando finaliza el pasaje de los contrabajos, las almas del príncipe y la princesa emprenden el camino del eterno descanso.

Es una obra maravillosa, donde se pueden apreciar grandes recursos orquestales y bellas melodías que le dan un colorido oriental. Se la podría considerar como un concierto de violín: la obra tiene dicho instrumento solista, que nos simboliza el ya citado tema de Scheherazada, durante el transcurso de la obra.
Interpretación recomendada: Orquesta Sinfónica de Boston, dirigida por Seiji Ozawa.
Violín solista: Joseph Silverstein

martes, 6 de mayo de 2008

Más sobre el origen de "Historias ocultas"

Cómo les dije, no me surgió toda la historia de golpe. Fui hilando cada cosa hasta llegar a hacer algo compacto, donde cada personaje encaja con su entorno y cada uno aporta algo a la obra, ya sea algo gracioso o algo que da para pensar. Algunas actitudes de algunos personajes están puestas a propósito. Uno de ellos da un anticipo, en forma muy indirecta y camuflada, de como será el final. Nos brinda un misterio de como quiere ESE personaje que sea el final. En un principio a la obra la titulé "El lado oscuro", título que también le era afín al libro. Pero al final opté por el título que ustedes ya conocen. Tenía dos finales previstos: uno de ellos tenía poca credibilidad y lo medité hasta llegar al capítulo diez. El otro final es el que, evidentemente, quedó en el papel. Fue curioso, pues no fue fácil hacer la "esencia" del final. Había detalles que quedaban en el aire, sin resolverse, y sin embargo me las tuve que rebuscar para enganchar cosas (más personajes del pasado, lugares, situaciones) para que todo cerrara y "encajara" bien con la situación y el final que yo deseé. Me dio escalofríos, pues imaginé, mientras iba redactando, que podría ser fácilmente una historia sacada de la vida real. Es más, hay cosas en la vida real que hacen empequeñecer a este libro. Como se suele decir habitualmente, "la realidad supera la ficción".

Personajes principales:
Joseph Leblont: nuestro joven estudiante de música desea llegar a ser director de orquesta. Es un virtuoso del piano.
Gisela Machado Carrá: una mujercita muy atractiva que se desempeña en el estudio de canto lírico. Comienza un lindo romance con Joseph Leblont y se va convirtiendo en una persona muy importante para él y para el desarrollo de la historia.
Claire Waldennwirck de Leblont: pianista concertista y madre de Joseph. Cuando su hijo era pequeño ella le enseño a tocar el piano.
Max Leblont: director de orquesta de gran prestigio y padre de Joseph. Lo acompañó en las situaciones más difíciles. Es uno de los personajes clave de la historia.
Patricio Bartolucci: el mejor amigo de Jospeh. Estudia dirección orquestal y canto lírico.
Inspector Ernesto Olazábal: con una gran trayectoria en la Policía Federal, éste personaje se va sumergiendo de a poco en la trama y debe develar varios misterios.
Gilberto Pavuri: docente de Joseph. A Través de un mal entendido se ve envuelto en un severo conflicto con su alumno.

sábado, 3 de mayo de 2008

Sinfonía Fantástica

Compuesta por Héctor Berlioz (1803-1869), es una de mis obras favoritas y considerada el gran exponente del Romanticismo en la música. Es del tipo programática, es decir, que su música sigue un programa, es descriptiva. Lleva el subtítulo “Episodio de la vida de un artista”. Concluida en 1830, el compositor nos muestra en esta obra una apasionada protesta de amor hacia la actriz irlandesa Henrietta Smithson. La imagen de ésta mujer es la idea fija de toda la obra. Berlioz propuso en un principio el siguiente programa para la sinfonía:
“Un joven músico, de sensibilidad mórbida y ardiente imaginación, se envenena con opio en una crisis de desesperación amorosa. La dosis de narcótico, demasiado débil para provocarle la muerte, lo sumerge en un pesado sueño al que acompañan las visiones mas extrañas; sus sensaciones, sentimientos y recuerdos, se convierten en sus cerebro enfermo en pensamientos e imágenes musicales. La mujer amada se ha convertido para él en melodía, algo semejante a una idea fija, que encuentra y escucha por doquier”.
La obra cuenta con cinco movimientos:
1)Sueños y pasiones: “Al principio solo recuerda la inquietud del alma, esos momentos de melancolía y gozo sin causa alguna que experimentaba antes de ver a la que ama; luego el amor volcánico que súbitamente le inspiró, sus momentos de angustia delirante, de rabiosos celos; después el retorno a una ternura cariñosa y el consuelo religioso”.
2)El baile: “Ve a su amada en un baile, en medio del tumulto de una brillante fiesta”.
3)Escena en el campo: “En un atardecer de verano en el campo, oye a dos pastores tocando un ranz-des-vaches (melodía que los pastores suizos cantan o también ejecutan en sus trompas rústicas para llamar al ganado) en diálogo alternado; este dúo de los pastores, la escena que lo rodea, el ligero murmullo de los árboles agitados por la brisa, esperanzas recientemente concebidas, todo se combina para devolver a su corazón una tranquilidad inusitada e impartir un colorido mas alegre a sus pensamientos; pero ella aparece otra vez; el corazón del músico deja de latir, lo agitan penosos pensamientos: ¡si fuera a traicionarlo...! Uno de los pastores reanuda la inocente melodía, el otro ya no le responde más. El sol se oculta... el sonido de truenos distantes... soledad... silencio...”.
4)Marcha al suplicio: “Sueña que ha matado a su amada, que lo condenan a muerte y lo van a ejecutar. La procesión avanza en los sones de una marcha que es a veces sombría y a veces salvaje, a veces brillante ya veces solemne. El sonido sordo de las fuertes pisadas sigue sin interrupción. Al final, la idea fija reaparece por un instante, como un ultimo pensamiento de amor al que da fin el golpe fatal”.
5)Sueño de una noche de aquelarre ó Sueño del sabbat: “Se encuentra presenciando un sabbat de brujas, en medio de un espantoso grupo de fantasmas, hechiceros y toda clase de monstruos que se han reunido para sus exequias. Oye ruidos extraños, gemidos, estrepitosas carcajadas, aullidos a los que parecen contestar otros aullidos. Aparece nuevamente la idea fija; pero ha perdido su carácter noble y tímido; se ha convertido en un aire de baile innoble, trivial y grotesco; ve incorporarse a su amada al sabbat de las brujas... rugidos de alegría celebran su llegada. La ve tomar parte en la diabólica orgía... campanas doblan a muerto, en una parodia burlesca del Dies Irae. La danza de las brujas y el Dies Irae se escuchan juntos”.

La inclusión de la obra en “Historias ocultas”.
Fue realmente increíble, apasionante y hasta diría divertido haberle encontrado a la sinfonía fantástica un lugar dentro de mi novela. La verdad siempre me ha gustado cuando dentro de una obra se encuentra otra en su interior, como por ejemplo en la novela “El acoso” de Carpentier, una de mis novelas favoritas. En ella toda la historia transcurre en una sala de concierto, donde se interpreta la incomparable Sinfonía Heroica de Ludwig Van Beethoven. También me basé en la antológica “El Padrino III”, donde en su final se desarrolla una interpretación de la bellísima “Cavallería Rusticana” mientras que afuera se llevan a cabo grandes crímenes. Algo muy parecido sucede en mi novela, ya que la Sinfonía Fantástica es ejecutada en el Teatro Colón y todo transcurre en el final. Elegí la obra de Berlioz porque encajaban a la perfección los delirios de Joseph con los del artista del programa explicativo. En cierta forma, la incertidumbre y los miedos de mi personaje principal van a la par de los de este artista imaginario. Joseph es el artista en cuestión y todas las sensaciones que presenta en el teatro van surgiendo mientras escucha la música orquestal, además de identificar a Gisela como la idea fija de la obra.